sábado, 18 de julio de 2015
hilos
jueves, 16 de julio de 2015
Nunca soltaste mi mano (a mi madre)
Cada noche que pasaste sin dormir,
martes, 14 de julio de 2015
Ella
Me enseño a contar estrellas cuando el cielo estaba oscuro.
Decía que no temiera, que por duro q sea el invierno, llegará la primavera.
Descubrí al pasar los años, que siempre me fue sincera.
Y si la necesito, basta con afinar las cuerdas, abrir mi boca y sacarla fuera.
Siempre mi fiel consejera.
Ella no tiene cuerpo, no tiene piel.
Ella, fugaz nómada, que en ningún sitio se queda.
Pero dejará su estela.
Se víste de notas y acordes.
Te cuenta de tiempos mejores.
Ella existe sin razones.
Toca con sus ligeros dedos los corazones.
Te habla de nuevos colores y sensaciones.
Y no pone condiciones.
Ella que todo lo siente, que todo lo invade.
A la bestia más feroz con su melodía persuade.
Tengo un leve recuerdo de como, entre sueños, me la presento mi madre.
Aún oigo su suave voz reconfortable, que entre nanas me decía:
"Duérme ya, nenita mía, duérmete que se hace tarde"
lunes, 13 de julio de 2015
Pienso
Pasan los instantes, se acelera el corazón.
Pienso, en lo oscuro de tus ojos, en lo rojo de tus labios, en lo suave de tu lengua, en lo firme de tus manos...
Pienso en cada uno de los abrazos que nos damos.
Me evaporo como el aire, para volar a tu lado.
Me diluyo como el agua, cada vez que nos amamos.
Y me prendo en una llama, cuando me dices te amo.
Mi orilla
Apretaba el calor, nos bañaba con su luz este sol ya veterano.
Ya conocía esos ojos, se volvieron cotidianos.
Ya había peinado ese pelo.
Ya había agarrado esas manos.
Pero no te conocí hasta esa tarde de verano.
Conocí tus miedos, conocí tus anhelos.
Tu forma de reír con ese tintineo.
Descubrí que cerrabas las cortinas de tus ojos y acojonada les ponías cerrojos.
Cuando de tu boca brotan las palabras por manojos.
Me asome a la orilla y te vi, me vi.
Allí te conocí.
Allí me conocí.
en ese instante morí.
Y como el mismísimo ave fenix volví a latir, a respirar, a existir.
Dejando atrás cada afrenta que perdí.
Guardando solo lecciones que por mi misma aprendí.
Y ahí, quieta, sola y renovada, permanecí.
Caballero sin cabeza
Puedo asegurar que tras pasar el trago, el sabor se va diluyendo, se va esfumado. Y ese mal sabor de boca, en resignación se va transformando.
Nos resignamos, y veces lo hacemos sin darnos cuenta de lo cerca que estuvimos de alcanzar lo que anhelamos.
Otras veces lo hacemos despés de habernos dejado la piel en intentarlo.
No es más valiente el que lucha con todas sus fuerzas y se rindió al verse agotado.
Valiente es aquel que tras caer, una tras otra, sigue a su espada pegado.
Que aúnque le cortes la cabeza, en su caballo sigue montado.
El sabe por lo que lucha, el creé en sus propios pasos, no habrá nada en el mundo que puedo desalentarlo.
Corazón pesado
Encerramos los te quiero, por miedo.
Por vergüenza, los te amo.
Echamos de menos a personas que nos hicieron daño.
¿Y que hay de malo?
Intento abrirte mis cárceles, explicarte que mis muros no soportan tanto orgullo.
Que abandones en alguna cuneta al tuyo.
Que te dejes llevar por la corriente de este mar.
Mar furioso y en calma al mismo tiempo.
Mar sin agua.
Mar de piedras.
Que te hacen pesado el corazón si no las sueltas.
domingo, 12 de julio de 2015
Septiembre
¿Será capaz de volver a sorprenderme?
¿Me dejara columpiarme en tus placeres?
Fue un veintiséis, cuando perdí la poca cordura que me quedaba.
Cuando me clavaste tu mirada, con la que tus labios suplicaban que fueran los mios y los mojaran, y los mordieran, y los chuparan...
Fue un viernes, cuando me colgué de tus ramas, cuando demostraste tu fuerza mientras me amabas, mientras me tocabas, mientras me mirabas.
Y es que me encantaba como me mirabas, como de la tierra te escapabas.
Cuando en silencio nos contábamos secretos.
Cuando hicimos del beso un nuevo concepto.
Tus besos...
Cálidos, humedos, como un vendaval que remueve mis cimientos, remolino de carácter que derramas por mis espalda y como una suave brisa a mi nuca vas subiendo.
Tu sexo...
El gusto de tu cuerpo, saborear la sal que derramas sin quererlo.
Agárrate fuerte a las riendas de mi pelo y hazme tuya, tan tuya que no sepamos donde terminan nuestros cuerpos.
Mirarte a los ojos mientras volamos, cuando se escapa tu paz y yo llego al orgasmo.
Necesito sentirte.
Necesito que me sientas.
Yo se lo pido a septiembre.
Tu, solo llama a la puerta.
Apareció
El apareció como lo haría un arcoíris, entre la lluvia de mis ojos y la luz de su sol, y surgieron esos colores que lo componen.
Cada color me hacía sentir de una manera.
Pude llorarle sin tregua y cuando mi nube se deshizo y se volvió claro, el me seguía mirando y con una sonrisa me dijo, ¿ a que no costaba tanto?
Que cuando cierro los ojos, si estoy a su lado, siento como si estuviera volando.
Porque cuando murmuro mis sueños, el abanica el aire para que vuele más alto.
No conoce negativas, ni de huidas...
No sabe poner en mi cara otra cosa que no sea una fila de dientes alineados.
No se cansa de oír mis delirios de locura, y unirse a ellos sin dudarlo.
Puedo abrir mi cremallera y dejarle pasar a mi sótano, donde guardo mis secretos, mis encantos.
Despertar
Que podemos ir más lento o más deprisa, que nosotros decidimos que zapatos nos ponemos, y que camino escogeremos. Que sin nada en la maleta llegamos, por qué nada más necesitamos, más es falso.
Cuantas veces tropezamos y sangran heridas de años pasados, entonces una mano cálida y fuerte,te agarra del hombro, te dice "valiente".
Hablo de esa amistad.
Cuando sabes que puedes confiar y guardar los dientes.
Cuando cuesta la mitad, levantar la vista y mirar al frente.
¿No necesitamos un amigo? ¿un aliado?
Alguien que cargue contigo tus batallas y fracasos, alguien que no tenga miedo de tus aullidos en llantos, alguien que haga que olvides los latigazos del pasado, que te haga sentir mejor con dos palabras y un abrazo...
Siento que hoy desperté y desperté por completo.
Siento que hoy saque la cabeza de mi agujero, vi el sol, asomando las orejas en el cielo. Me envolvió el frescor del aire y sentí en mis ojos el azul del universo.
Ascuas
Esta nube de tabaco que cigarro tras cigarro voy formando.
Esa que me recrea las que tu y yo formabamos, después de querernos tanto.
Y no es más que humo, gris, amargo, casi opaco. Cón tan poco me hacías tener tanto...
Y no es más que miedo lo que sientes. Pero el valor por amor pega dos veces y te engrandece... Pues si el amor es real cualquier esfuerzo merece.
No permitas que se apague esta pequeña ascua, sopla y oxigenala hasta que arda. Pues ya la vimos arder entre las sábanas, y vimos que después no quedo nada, todo se quemaba, los cuerpos abrasaban, y las llamas entre gemidos se sosegaban, y quedaban en nada... en ascuas.
Pero tu solias soplarlas, sabias soplarlas... Y que bien las soplabas...hasta llevarme a la nada... Hasta fundirme en tu almohada al apretarla contra mi cara, para ahogar los aullidos que tu luna provocaban.
Y yo te espero en esa nada que desde que no estas no tiene nada de nada. Espérame tu en tu cama, yo llegaré por sorpresa, te besare con rudeza y que cupido se guarde las flechas.
Sería la unión de los tiempos, del pasado, presente y futuro todos en el mismo momento. Sería quitar el tapón al mar y dejarte sin aliento mientras rebosan tus aguas y se escapan en mi cuerpo.
Sería tan sólo dejarse llevar sin pedirle nada al tiempo, ya que en la eternidad no hay lugares ni momentos.
Allí te voy a esperar...buscame si tienes tiempo
sábado, 11 de julio de 2015
Maldita agonía
Juraste que me querías, que en tu brazos siempre tendría mi hueco.
Juraste que no mentias, ponías tu mano en el pecho, y entre mentira y mentira, yo me lo iba creyendo.
Juraste frente a estos ojos, que nuestro amor sería eterno.
Decías que era especial y que sólo yo frene tu tiempo.
Que te hacia soñar, aún, cuando estabas despierto.
No conocimos tristezas, ni rabia o resentimientos.
Ni una sola pelea desde que nos conocemos.
¿Que es para ti el amor?
¿Que le pides al tiempo?
¿porqué no puedo ser yo quien te grite a los vientos?
¿a caso no te merezco?
¡¿que más podría darte?!
¡Si nada más tengo!
Este loco corazón, ya se arrastra casi muerto, solo podrás ser tu, si muere, quien de vuelta podrá traerlo.
No te exijo que lo hagas.
Ni si quiera te lo pido.
Ojalá al leer mis líneas te obligaran tus sentidos.
No espero nada de nadie, y nadie espera por mi, pero mi voz más profunda me ruega que lo haga por ti.
Esta agonía maldita, este te quiero... te odio...esta forma de quererte...si somos dos ¿por que estar solos?
Demuestrame que no mentias, Demuestrame que no me mientes.
Apuesta a lo grande en la vida que no habrá más después de la muerte.
Solo un completo ignorante deja escapar a quien quiere.
No te atrevas a llamarme hija.
Apenas recuerdo de ti, tal vez no quiera hacerlo.
Apenas me acuerdo de ti, porque no mereces mi tiempo.
Te fuiste cuando era niña, sin reparos, sin motivos para hacerlo.
Me dejaste, sin el amor de un padre, sin saber lo que era tenerlo.
Más otro hombre entro en mi vida, que si merecía el intento.
Y como niña que era, le odie sin merecerlo.
Has intentado volver, pero es imposible retroceder en el tiempo.
Ahora si entenderás el vacío que sentí yo muy dentro.
Hija me llamarás, pero ese es solo tu cuento.
Una hija no se hace, se gana a base de paciencia y esfuerzo.
No te atrevas a llamarme así.
Tu y yo no nos conocemos.
Comenzamos
Cada día en algún momento escribo, escribo poemas, poesías, cartas sin destinatario, canciones...y ésta buena amiga que disfruta de ellos, me ha alentado a empezar con este blog, con el cual lo único que quiero es que otras personas que quizás sientan emociones parecidas, puedan leerme y sentirme, eso me haría muy grande por dentro y me sentiría llena al saber que puedo empatizar con otros.
La vida no es fácil...incluso quien dice ser feliz en su esplendor, sabe que no es asi...siempre hay algo que nos atormenta.
También hay quien dice no creer en el amor, pero el amor lo llena todo, en cada casa hay amor, en cada vagón de metro hay amor, en cada suspiro hay amor.
Espero que mis palabras puedan calar muy hondo en vuestro alma y no olvidéis escribir un comentario con todo aquello que creáis que pudiera mejorar. Soy novata en esto y toda ayuda siempre es poca.
Gracias.V V
.h
¿Lo harías?
Cuánto más te pienso, más te extraño.
Y es que sin darnos cuenta,
van pasando los años.
Esos que nos arrugan la piel y el corazón sin avisarnos.
Cierro los ojos, e imagino el calor de tus manos, que debajo de mi ropa, hacían senderos jugando.
¿Donde quedaron las risas?
¿Quien ganará mis abrazos?
Tengo mil doscientas preguntas...y alguna que he olvidado.
Por ti, rompería barreras, rompería mis alas y me olvidaría de ellas.
Ya sabes que no soy fácil.
Que puedo ser la gata que a tu pies ronronea, o volverme una tigresa y tragarme de un bocado a mi presa.
¿Quien dijo que fuera fácil?
¿Acaso es fácil tocar la luna?
Pero si lo fue matar mis esperanzas, una a una.
Y es que cuanto más te extraño, más te pienso.
Y se me acumulan sentimientos que ni yo misma comprendo.
Te amo y te comería hasta el último botón que abrochas de tu camisa.
Te odio y te mataría por romperme el corazón y hacerlo trizas.
Te añoro y te abrazaría, tan fuerte y firmemente, que te daría la risa.
Y es que me daba la vida ver tu sonrisa, iluminando el camino, que sin luz ya recorría.
Te pediría que volvieras, te pediría que te quedarás.
¿Lo harías?
Amor sediento
Palabra que pierde cada letra si te vas.
Amor, que un día, hizo florecer este desierto inhóspito y muerto.
Amor que me hacía grande, mientras me hacía pequeña en tu cuerpo.
Amor que me hizo llorar, de alegría, y suspirar, sin aliento.
Amor, salvaje, que con mi sangre alimento.
Pero siempre quiere más, siempre se queda sediento.
El bebía de tu saliba, del sudor de tu cuerpo.
Habrá que dejarle morir,
y acabar con su sufrimiento.
Felicidad eterna.
Como queman los abrazos que no podemos dar y los besos que colgando, vacíos, rotos y grises nunca estallarán.
¿Cómo un ser tan mágico, tan blanco, puede dejar tras de sí, una estela de amargura y destrucción?
Si, yo se que no fue tu intención volar cuando el viento sopló.
Y que aquellas mariposas que un día me regalaste serán mías para siempre...
Que te vas, sin pedir nada, tal y como llegaste. Sonriente con tu porte de señor y esa cara de niño, que entre sábanas también se volvía de hombre.
Que me desprendes de tus manos.
Esas manos que sacaron estas lágrimas, esas que me agarraba firmemente mientras me besaba, esas que un día me hicieron ver el cielo a la vez que te conocía...
Que ya no reflejarán, tus ojos, mi cara al mirarte, para decirte te quiero.
No os veré despertar, con ese brillo que los hace tan especiales.
No se clavarán en mi espalda al subirme en ti para viajar a mundos nuevos.
Voy guardando en una pequeña esquina de mi corazón, todas las palabras que no digo y desordenadas, sucias y furiosas, viven allí en soledad.
Solo tu podrías, en un acto de amor loco, volver a saltar a mi vacío.
Yo te juro amor mío, que en mi vacío nunca tocarás fondo, y si tocarás fondo alguno, sería el de mi corazón.
Podemos uir, correr, saltar mil muros, altos como las nubes, en nuestra huida hacia atrás. ¿Porqué no empeñamos la misma tenacidad para correr hacia delante? Hacia el sol, hacia ti, hacia mi.
El sol que tu me regalas cada vez que entras en mi, con cada movimiento en el que demuestras tu fuerza y a la vez tu delicadeza.
Solo tendrías que amarme...
Solo tendrías que ser feliz, eso te prometo, una felicidad eterna.
Un alma, un corazón, y tres latidos.
Que la lave y la tienda al sol y así renueve su imagen.
Que planche sus arrugas, que cambie su color por otro más alegre.
Que entienda que sus costuras son frágiles, y aún así no tenga miedo de probarsela, y así entender su sufrimiento, sus alegrías y sus miedos.
Un corazón, que late lento, que teme ser escuchado y descubierto. Que acompaña a ese alma en silencio y en su bolsillo pasa el tiempo.
Que a cada segundo lo intenta de nuevo, pero sigue en silencio, porque vive de sus miedos preso.
Miedos que trasmite a su compañera, a la que no la deja ser.
Miedos que se instalaron un día y, como tenía un interior confortable, nunca se fueron.
Tres latidos, dos por si mismo y otro que da por si pudiera adelantar el tiempo.
Un latido por sus penas, sus fracasos, sus lágrimas y pedazos.
Otro, por sus alegrías, sus ilusiones, planes y sueños...sin dueño.
Ese tercero, por todo aquel que se canso de esperar, que siempre quiere más, corazón hambriento de emociones, de letras y canciones.
Corazón despierto, eterno iluso, eterno enamorado, eterno desgraciado.
A cuestas
Olvidando que lloré con el alma hecha jirones.
Recordando, que no soy quien fui y aquí estoy con dos cojones.
Y con mis dos cojones me ahogo...por no quererme soltar, por no querer confiar, por no querer olvidar.
Y es que, cada lágrima que golpeó mis muslos llevaba un nombre, cada grito ahogado, sin tono, sin color, sin ilusiones...
Mi camino fue una cuesta, y a mi espalda cada flecha que impactó sobre esta piel, que cansada de sangrar cicatrizó de otra manera y se volvió coraza y el corazón de madera.
En la cuesta encontré quien, con paciencia, cargo parte de mis maletas y me ofreció su agua cuando anduve sedienta.
También encontré quien, entre la maleza, cuando no podía más comenzó a lanzarme piedras.
Y esto me hizo caer, pero no desfallecer.
Me levante con más fuerza.
Finjo ser valiente, es el valor quien te encuentra. Yo me le cruce dos veces y después se fue sin rendir cuentas.
El valor no se instala, el valor nace de uno cuando menos se lo espera, cuando más lo necesita.
Aún voy subiendo mi cuesta, pero cuando llegue arriba, gritaré, lloraré y rodaré por la ladera.
Porque a los que nos toca subir y cargar con tantas piedras, cuando nos toque bajar... no costará una mierda.